jueves, 25 de septiembre de 2014

88 - DITTRICHIA VISCOSA. Artavaca, Altavaca, Olivarda, Mosquera, Hierba pulguera …

Bueno, bueno, bueno con la Artavaca  (como la llaman por aquí), si a parte de decirme que no se la comen ni las vacas, me hubieran  contado algo de lo que después he averiguado, nos habríamos llevado mucho mejor;  porque, aunque es una planta poco agraciada y en esta zona bastante invasora, es un prodigio vegetal.
Pertenece a la familia de las Asteráceas, es una planta perenne, con tallos erectos, leñosos y de color marrón-rojizo cuando es adulta, bastante ramificada desde la base, formando una gran masa que puede alcanzar más de 1m. de altura.     Las hojas son alternas, sin peciolo, oblongas, alargadas, más pequeñas, estrechas y pegadas al tallo en la parte superior de este, con el borde dentado y llenas de pelillos glandulares que exudan una sustancia pegajosa,  de ahí su nombre de “viscosa”, muy similar a la Jara pringosa.   Las flores son amarillas y los frutos  son aquenios de hasta 2cm.  

Planta joven.


Planta adulta.






 Nativa del Mediterráneo, es una de las más eficientes pioneras, colonizando en poco tiempo suelos degradados (ayudando así a parar la erosión del terreno) y es que es una fiera en supervivencia y multiplicación.  Al florecer a finales de verano y otoño, época de pocas flores, se asegura su polinización; al ser aquenios, sus semillas se extienden con el aire cubriendo  grandes superficies de terreno y se reproducen con bastante éxito, pues es una planta rústica que se desarrolla en cualquier suelo, por pobre que sea, resistiendo muy bien la sequia del verano y  los cambios bruscos y extremos de temperatura, además es pirófita,  detalle a tener muy en cuenta y una de sus pocas  características negativas,  arde con facilidad y la gusta, ya que sus semillas, al estar rodeadas de una cutícula muy dura, resisten las altas temperaturas del incendio y posteriormente fructifican abundantemente, nuevamente sin apenas competencia; la exudación pegajosa de sus hojas, además de no hacerla atractiva a los gustos de los herbívoros, al caer al suelo impide la germinación de las semillas de otras plantas que competirían con ella en su crecimiento. Por último (y no sé si me dejo algo)  desprende un fuerte aroma, que a nosotros nos resulta grato, pero a otra gente no, no sé a ciencia cierta si a las vacas, por ejemplo, las gusta o no, pero si sé que también juega un papel importante en su desarrollo y en su relación con su entorno.  Vamos, todo un manual.
Por otro lado, es una buena aliada de muchas necesidades humanas.             
  En agricultura, ayuda a la regeneración de terrenos degradados, aparte de lo ya  dicho, es muy buena como corrector de suelos contaminados, ya que  es capaz de absorber metales pesados, como el mercurio o el plomo, asimilándolos en su sistema radical y su parte aérea. Al florecer en otoño, resulta vital  para la vida de numerosas especies de insectos polinizadores, y muy atrayente para algunos insectos depredadores, beneficiosos para el control de otros insectos perjudiciales en los huertos,  como son  los “Nesis”, de la familia de los míridos, como el Nesidiocoris tenuis, que es un depredador de la mosca blanca, los trips y parece ser que incluso de la temida (y nueva en España) Tuta Absoluta y algún otro lepidóptero más;  también les parece un buen hogar a los chinches Macrolophus y Dicyphus, que se alimentan de araña roja y polillas del tomate; por lo que es muy aconsejable su asociación con los cultivos de Cucurbitáceas y  Solanáceas, así como de los cítricos y otros frutales.  El nombre de “Olivarda” atiende a su especial relación con los olivos, ya que  también encuentra un agradable cobijo en esta planta el himenóptero Eupelmus urozonus, que es enemigo natural de la mosca de la aceituna (Bactrocera oleae).
Tradicionalmente se utilizan sus ramas, colgadas en las casas, para atrapar moscas y mosquitos, y  en el lecho de los animales, para atrapar las pulgas, de ahí sus nombres (mosquera y pulguera), también se utiliza quemándola lentamente para espantar a los voladores molestos.
Y además de todo esto tiene usos medicinales. Por sus propiedades vulnerarias y cicatrizantes, es muy buena para curar heridas, quemaduras, etc. Para uso  interno, hay que tener cuidado y no pasarse, porque consumida en exceso resulta tóxica, su infusión de hojas amortigua las molestias de la artritis y el reuma, es diurética, antipirética y analgésica (se ha empleado para el dolor de muelas). Se sabe que en Africa se ha utilizado para combatir el paludismo y las infecciones de las vías urinarias, con cierto éxito.


martes, 9 de septiembre de 2014

87 – CARLINA RACEMOSA . Uvero, Cardo de uva, Cardo Cuco.

Han estado a tope durante todo el mes de Agosto, ahora (en Septiembre), mientras la mayoría ya están secos, otros están saliendo o en pleno desarrollo y floración, eso sí, cada vez más pequeños.
No tenemos muchos en Tindara, este año alguno más de lo habitual, pero el campo de al lado está a rebosar, y mientras no tengas que caminar entre ellos, es agradable ver un campo tan florido en esta época del año, que no se caracteriza precisamente por su exuberancia floral.
Llamamos cardos, en general, a toda planta con hojas espinosas, pero realmente pertenecen a géneros muy dispares unos de otros. Esta especie pertenece a la familia de las Asteráceas, como la mayoría , no todos.
Es una planta anual, con tallos erectos y ramificados, que oscila entre 5 y 50 cm. de altura. Las hojas son alternas, sésiles, coriáceas y espinosas. Sus flores son amarillas, con lígulas del mismo color  que pueden permanecer en la planta largo tiempo, aunque las hojas estén ya secas.